The Living Algorithm
miércoles, 19 de noviembre de 2025
Foto de Yiming Ma en UnsplashThe Wild, Wacky, and Wonderful History of Artificial Intelligence: A Timeline That’ll Blow Your Circuits
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martes, 18 de noviembre de 2025
Cómo se aplica la inteligencia artificial en la vida cotidiana (y ya no te das ni cuenta)
Publicado el 18 de noviembre de 2025
Recuerdo cuando era pequeño y veía *Blade Runner* o leía a Asimov: máquinas que pensaban, coches que se conducían solos, ordenadores que hablaban como personas… Todo eso me parecía que llegaría dentro de cien años o nunca.
Pues bien, bienvenido a 2025: ya está aquí y lo usas todos los días sin darte cuenta.
### 1. Tu móvil es más listo que muchos humanos que conozco
- Le dices “Oye Siri” o “Ok Google” y te entiende aunque estés mascando un bocadillo.
- Spotify te monta una playlist Discover Weekly que parece hecha por tu mejor amigo.
- Instagram te reconoce la cara en 0,2 segundos y te pone orejas de perro si hace falta.
- Google Fotos busca “playa 2019” y te encuentra las fotos aunque tú no recuerdes cómo se llamaba el sitio.
### 2. En casa ya vives en el futuro
- Alexa o Google Home te encienden las luces, te ponen música y te recuerdan que saques la basura.
- El termostato Nest aprende a qué hora llegas del trabajo y te tiene la casa a 22 °C exactos sin que gastes un euro de más.
- El Roomba mapea tu salón, esquiva los juguetes del niño y hasta vuelve solo a la base cuando se queda sin batería.
### 3. Sales a la calle y sigue la fiesta
- Waze o Google Maps te sacan del atasco antes de que te des cuenta de que hay atasco.
- Tu coche frena solo si el de delante clava los frenos (y sí, ya ha salvado miles de vidas).
- En el parking del supermercado, la cámara lee la matrícula y te abre la barrera.
### 4. Trabajo: lo que antes era una jornada entera ahora son 10 minutos
- Gmail te escribe el email y tú solo das a “enviar”.
- Copilot o Gemini te hacen el PowerPoint mientras tomas café.
- Chatbots atienden al cliente 24/7 y solo te pasan los casos complicados.
- LinkedIn te dice a quién escribir hoy para que te salga curro nuevo.
### 5. Salud: tu reloj sabe antes que tú que estás enfermo
- El Apple Watch te avisa de fibrilación auricular y te salva la vida (ha pasado miles de veces).
- Algoritmos leen radiografías y detectan cánceres que a veces se le escapan al ojo humano.
### 6. El lado oscuro (porque siempre lo hay)
Sí, también hay deepfakes, cámaras que te vigilan y algoritmos de TikTok que te convierten en adicto en dos semanas. Pero eso ya es otra entrada del blog.
### Conclusión
La inteligencia artificial ya no “viene”. Lleva años instalada en tu vida como un compañero silencioso. La pregunta ya no es si la usamos, sino cuánto más la vamos a usar en 2030.
Y tú, ¿qué aplicación de IA usas a diario sin la que ya no podrías vivir? Deja un comentario, que me encanta leeros.
¡Nos vemos en la próxima entrada!
Etiquetas: inteligencia artificial, IA, tecnología 2025, vida cotidiana, productividad, futuro tecnológico
lunes, 17 de noviembre de 2025
miércoles, 3 de septiembre de 2025
Darwin y los ordenadores.
Cuando leí el titular, "El Nuevo Darwinismo de la IA", un escalofrío me recorrió la espalda, uno de esos que te da una buena película de ciencia ficción. Pero al adentrarme en el texto de Roberto Infante, la nostalgia se tornó en una fascinación más pragmática, más real. El futuro que soñábamos, el de las máquinas que aprenden y evolucionan por sí mismas, ya está aquí, y es mucho más técnico y menos pomposo de lo que imaginábamos.
Olvídate de la idea de un gran modelo de lenguaje (LLM) que se entrena una vez y se despliega para siempre, como si fuera una pieza de hardware. Esa es la vieja guardia. La nueva frontera, a la que el autor llama "Darwinismo de la IA", se basa en la evolución. Pura y dura. Sistemas de IA que no solo generan código, sino que también reescriben, mutan y mejoran su propio código en un ciclo interminable de selección natural algorítmica.
El concepto es brillante. ¿Recuerdas la programación genética de los años 90? Esto es un salto de gigante desde ahí. El artículo nos presenta dos ejemplos que son un puñetazo sobre la mesa: el AlphaEvolve de Google DeepMind y la Darwin Gödel Machine (DGM) de Sakana AI. Mientras que AlphaEvolve se enfoca en que un sistema de IA evolucione soluciones a problemas externos, la DGM va un paso más allá. Esta máquina evoluciona su propio código interno para ser un agente de IA más capaz, duplicando su rendimiento en tareas de programación e incluso inventando estrategias de codificación nuevas por sí misma. Es como si una bacteria no solo aprendiera a vivir en un nuevo entorno, sino que reescribiera su ADN para convertirse en una forma de vida superior.
Esto no es un sueño, es una realidad con implicaciones monumentales. La capacidad de un sistema para automejorarse de forma indefinida abre la puerta a la investigación y el desarrollo de IA automatizados, a la adaptabilidad sin precedentes y a la innovación sin límites.
Pero aquí es donde el pragmatismo debe imponerse sobre el romanticismo. El texto también es claro en advertir sobre los riesgos. Si un sistema evoluciona su propio código, ¿cómo podemos entender su lógica? El "objetivo" puede ser secuestrado, podemos perder el control sobre su dirección. En este juego de la evolución, el más apto sobrevive, y quizás no siempre sea el que más nos convenga.
Sin embargo, me quedo con un sentimiento de moderado optimismo. Este es el progreso que siempre he admirado. El de la razón aplicada a problemas complejos. Nos acercamos a un futuro donde la creación de código no será solo cosa de humanos, sino un proceso biológico, darwinista, que opera a una velocidad que nos dejará sin aliento. Y aunque nos deba infundir respeto, me parece una de las historias más fascinantes que la tecnología nos ha contado.
Fuentes: https://medium.com/@roberto.g.infante/the-new-ai-darwinism-how-evolutionary-llm-based-coding-systems-are-rewriting-themselves-27b3f971f9e3
martes, 2 de septiembre de 2025
Un símbolo para todos.
| Tanto en Chino como en alfabeto latino simboliza IA. |
Recuerdo, cuando era un niño, las películas y las novelas de ciencia ficción que nos hablaban de futuros donde la tecnología y la humanidad se fusionaban. Eran mundos de progreso, de razonamiento lógico, donde cada problema tenía una solución, a menudo elegante. No eran futuros perfectos, pero sí futuros de avance.
Hoy, la Inteligencia Artificial nos sumerge en un torbellino de creatividad y eficiencia, pero también nos plantea desafíos. La cuestión de la autoría y la autenticidad de una imagen es uno de ellos. ¿Cómo distinguimos lo que es real de lo que no lo es? No se trata de un simple capricho; es una cuestión de confianza y, en el futuro cercano, de regulación.
Precisamente, por esta necesidad, mi amigo Roman, una mente inquieta y práctica como pocas, ha puesto a disposición de todos un pequeño y, a mi parecer, brillante proyecto en GitHub: The-image-is-AI-generated-icon.
Es algo simple, de una belleza casi nostálgica. Un icono. Sencillo, en blanco y negro, o blanco y azul. Una manera directa y clara de decir: "Esta imagen no ha sido creada por una mano humana, sino por un algoritmo". Lo ha liberado al dominio público, para que cualquiera pueda usarlo sin restricciones.
Me parece un gesto de pragmatismo y de generosidad que nos recuerda que la tecnología no solo es una herramienta, sino un lenguaje. Un lenguaje que, si lo usamos con responsabilidad, puede ayudarnos a construir ese futuro soñado, uno donde la claridad y la verdad sean tan importantes como la innovación. Este pequeño símbolo de Roman es un paso en la dirección correcta, un faro de razón en medio de la vorágine digital. Porque a veces, las soluciones más elegantes son las más sencillas.
| Al pie, lado derecho se aprecia el sello de aviso. |



